Minirrelato... Amor en el trabajo

Aquel día en el trabajo mi compañera no paraba de mirarme, y era una mirada... entre sospechosa y rara, muy amigable. ¿Acaso quería burlarse de mi? La única razón por la que podría burlarse sería porque se hubiera enterado de mis inclinaciones sexuales, pero nadie lo sabía en mi trabajo, así que no lo entendía. 

Toda la mañana estuvo mirándome de aquella forma y yo no sabía si hablar de ello para tratar de averiguar sus pensamientos. Cuando llegó la hora de empezar a limpiar y ordenar para el cierre yo intenté abstraerme porque estaba con la cabeza dándome vueltas de tanto pensar. Hasta que cuando nos estuvimos cambiando el uniforme vi que antes de que terminara yo de cambiarme, se acercó a mi lado. 

-Sé que has estado nerviosa toda la tarde, pero sé que desde hace tiempo me miras poniendo ojitos.

-¿Perdona? ¿Qué dices? -casi me atraganté con mi saliva al escuchar las palabras de mi compañera.

-Sé que te gusto, y ¿Sabes qué? Que tú a mi también me gustas. 

Abrí los ojos desmesuradamente, no esperaba una confesión como aquella, y mucho menos de ella porque estaba convencida de que era heterosexual. No sabía lo que decir. Ninguna dijimos ni una sola palabra más. Lo único que hizo fue terminar de cambiarse de ropa mientras me miraba profundamente, para antes de irse darme una notita. 

Me tocaba cerrar a mi, pero lo cierto es que agradecí mucho que tuviera que irse antes y que yo cerrase las puertas pues estaba anonadada y necesitaba unos minutos para asimilar sus palabras y ver qué ponía en aquel papelito que me había dado.

Terminé de cambiarme de ropa y cerré la tienda. Me quedé junto a la puerta y abrí el papelito. 

"Hace tiempo que me gustas y gracias a Dios hace tiempo que noté que yo te  gusto. Espero que podamos quedar un día y conocernos más. Un beso muy dulce"

No salí de mi asombro tras leer aquellas palabras. Dormí poco pensando en que podría quedar con Elena y al menos conocernos, no sabía si llegaríamos a algo más profundo y serio que una amistad, pero por intentarlo no perdía nada.

Así que decidí quedar para tomar un café y charlar...

1 año después...

-Cielo, llegamos tarde al trabajo, sabes que hoy después de semanas tenemos el mismo turno. Aunque es mejor que no entremos a la vez -me dijo Elena desde el comedor. 

-Lo sé, ya casi estoy, no seas impaciente. Y por cierto, no sé porqué sigues igual después de un año con lo del trabajo.

-No quiero que si hay alguna "pifiada" en la tienda que digan que es porque nos distraemos al estar juntas. Es mejor que simplemente vean que nos llevamos bien. Además a nadie le importa nuestra vida privada. 

Mi chica tenía razón, no sabíamos si las compañeras tendrían reparos en que fuéramos novias. Además en muchos trabajos no se permitían las relaciones entre empleados precisamente para evitar problemas laborales.

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El día que yo cambié de trabajo fue un alivio, no solo porque era un trabajo de maquilladora que era lo que me gustaba, si no porque se había terminado la tontería de esconder nuestra relación en el mundo laboral.  Aunque no podía olvidar que gracias a aquel trabajo había conocido a Elena, al amor de mi vida... pues el verdadero amor puede aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar, nunca hay que cerrar las puertas del corazón....